El profesor no será el único actor
de la evaluación sino un copropietario cogestor de la misma.
La autoevaluación y la evaluación
por “pares” cobran importancia bajo este nuevo enfoque. Conseguimos con ello un
papel activo del alumno.
También conseguimos que se haga
responsable de sus logros, se auto motive, autorregule y
auto oriente su aprendizaje.
Delegando en los alumnos responsabilidades
evaluativas no sólo los hacemos más activos en su aprendizaje sino que también
adquieren competencias de auto y heteroevaluación, auto y heterorregulación y
auto y heteromotivación muy importantes en el desempeño profesional.
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