lunes, 18 de noviembre de 2013

A. LA EVALUACIÓN AUTÉNTICA (AUTHENTIC ASSESSMENT)




La evaluación auténtica presenta al alumno tareas o desafíos de la vida real para cuya resolución debe desplegar un conjunto integrado de conocimientos, destrezas y actitudes.


La evaluación por lo tanto no puede ser un acto casual, marginal o parcial sino un acto planificado, integral y pertinente a las competencias a alcanzar, a las demandas que plantea el desempeño profesional.

B- EVALUACIÓN REFERIDA AL CRITERIO





Es preciso definir los criterios o niveles y serán estos referentes los que orienten la calificación o evaluación del alumno. Resulta por lo tanto un planteamiento mucho más exigente y ambicioso que requerirá un mayor esfuerzo en la planificación y diseño de la materia por parte del profesor.

C- APODERAMIENTO DE LA EVALUACIÓN POR PARTE DE LOS ALUMNOS





El profesor no será el único actor de la evaluación sino un copropietario cogestor de la misma.
La autoevaluación y la evaluación por “pares” cobran importancia bajo este nuevo enfoque. Conseguimos con ello un papel activo del alumno.
También conseguimos que se haga responsable de sus logros, se auto motive, autorregule y
auto oriente su aprendizaje.

Delegando en los alumnos responsabilidades evaluativas no sólo los hacemos más activos en su aprendizaje sino que también adquieren competencias de auto y heteroevaluación, auto y heterorregulación y auto y heteromotivación muy importantes en el desempeño profesional.

D- EVALUACIÓN CONTINUA Y FORMATIVA





Bajo el nuevo paradigma la evaluación debe asumir más funciones, mayor profundidad y mayor cobertura.
Las actividades de evaluación sumativas y finales deben complementarse con actividades de evaluación formativas y continuas.

La evaluación continua y formativa orienta también al profesor sobre las fortalezas y debilidades de su actuación permitiendo reorientar la enseñanza de manera rápida y eficaz.

MESTIZAJE EVALUATIVO EN ESTRATEGIAS, PROCEDIMIENTOS Y TÉCNICAS





MESTIZAJE EVALUATIVO EN ESTRATEGIAS,
PROCEDIMIENTOS Y
TÉCNICAS
En los formatos educativos, la evaluación debe ser diversa y mestiza también en los procedimientos y técnicas a utilizar.

Puesto que los componentes de las competencias a evaluar son de muy
diferente naturaleza (conocimientos, habilidades y destrezas, actitudes y valores), el
alineamiento de la evaluación con las competencias obliga al uso combinado y hasta
integrado de diferentes estrategias y procedimientos.

CLASIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES PROCEDIMIENTOS Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN
- Pruebas objetivas (verdadero/falso, elección múltiple, emparejamiento de elementos,...).
- Pruebas de respuesta corta.
- Pruebas de respuesta larga, de desarrollo.
- Pruebas orales (individual, en grupo, presentación de temas-trabajos,...).
- Trabajos y proyectos.
- Informes/memorias de prácticas.
- Pruebas de ejecución de tareas reales y/o simuladas.
- Sistemas de Autoevaluación (oral, escrita, individual, en grupo).
- Escalas de actitudes (para recoger opiniones, valores, habilidades sociales y directivas, conductas de interacción, ...).
- Técnicas de observación (registros, listas de control, ...).

- Portafolio.

CARACTERÍSTICAS DE LA EVALUACIÓN CENTRADA EN LAS COMPETENCIAs




En el modelo  centrado en las competencias, tanto los sistemas de evaluación como los métodos se definen y se estructuran según las competencias a alcanzar. Es lo que se denomina alineamiento constructivo por parte de autores como Biggs (2005).
Este alineamiento con las competencias supone cambios importantes y a todos los niveles en la configuración de los sistemas de evaluación. Para clarificar la orientación de estos cambios puede establecerse la comparativa entre la evaluación “tradicional” y la evaluación “alineada”, “centrada en las competencias” o “innovadora”



MODALIDADES DE ENSEÑANZA CENTRADA EN EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS




De acuerdo a de Migue Diaz (2005) el centro de atención en la planificación serían las “competencias” a adquirir por el alumno rompiendo el concepto tradicional lineal del profesor (contenidos, métodos de enseñanza y sistemas de evaluación).
El concepto innovador de este modelo es similar al denominado “alineamiento constructivo” según el cual los métodos de enseñanza y los sistemas de evaluación se definen paralela e integradamente en relación a las competencias a alcanzar (Biggs, 2005; Prieto, 2004).

LOS SISTEMAS DE EVALUACIÓN GUÍAN EL APRENDIZAJE DEL ALUMNO

El profesor permanece anclado en un enfoque de los procesos de enseñanza y aprendizaje donde lo más importante es qué y cómo enseña él. Primero está el temario -los contenidos-, de ahí se definen coherentemente los métodos y técnicas de enseñanza y sólo finalmente y al margen del cuerpo principal del proceso se definen las estrategias y contenidos de la evaluación.





Para Tagg (2003) los “sistemas de evaluación” constituyen el tercer elemento de planificación y ejecución del proceso de enseñanza-aprendizaje según el modelo propuesto. Este modelo supone un cambio de paradigma.
Por el contrario, desde la perspectiva de muchos profesores, la evaluación sería el elemento último y marginal en la planificación de su labor.
Hay profesores que tienen una concepción clara de lo que quieren que aprendan sus alumnos y orientan sus métodos de enseñanza a este propósito Sin embargo, no suelen establecer a priori cuáles serán las estrategias y contenidos de evaluación. Así, el profesor planifica y ejecuta focalizado en los métodos y contenidos de su enseñanza.
Sin embargo, para el profesor este cambio requiere un cambio de concepto sobre su labor, un cambio de actitud y el aprendizaje de nuevas destrezas.


¿Qué significa evaluar?





La noción más empleada en la actualidad es la que indica que evaluar es emitir un juicio sistemático del valor de un objeto que implica:

1.         La interpretación de la información recogida
2.         La sistematización de esa información
3.         Una visión positiva hacia la misma
4.         Un compromiso por parte del evaluador.

Noam Chomsky, en el vídeo Evaluación vs Autonomía, nos dice:
•          Evaluar puede ser de utilidad tanto para la persona que aprende, para saber dónde está parado y para el docente, para individualizar ritmos y modalidades de aprendizajes de los alumnos.
•          La enseñanza (agrego la evaluación), debe llevar a los estudiantes al punto en que puedan aprender por sí mismos.
•          La enseñanza y la evaluación deben ser incitadoras del autodescrubrir, del cuestionar lo que no se comparte, del buscar alternativas si se piensa que hay mejores, del trabajar por las grandes conquistas del pasado y tratar de dominar, a la manera de cada uno, aquellas que sean de interés.

Perrenoud, al referirse a la lógica emergente del sistema afirma que:
•          Es necesario considerar y tener en cuenta las adquisiciones y modos de avanzar de cada alumno para progresar hacia los objetivos.
•          La evaluación es un proceso de carácter metódico, instrumentado y constante.
•          La evaluación formativa y la pedagogía diferenciada enfrentan obstáculos materiales e institucionales, como son el número de alumnos, la sobrecarga de los programas, las didácticas y la concepción de los medios de enseñanza.
•          También otros obstáculos como los espacios mal distribuidos, horarios y la insuficiencia o complejidad de los modelos de evaluación formativa propuestos, entre otros.


•          Es necesario lograr una adhesión a una visión más igualitaria de la escuela y al principio de educabilidad.

Algunas reflexiones sobre la evaluación






Sobre la evaluación surgen variadas reflexiones, siendo algunas tan ilustrativas en relación a las distancias que existen hasta el día de hoy entre las prácticas de enseñanza y los procesos evaluativos.

¿Cómo podemos como docentes volver más significativa la evaluación dentro de las curriculas actuales?

¿Cómo hacer una evaluación inclusiva pero que a la vez respete las individualidades y múltiples inteligencias?

¿Cómo es nuestra actitud frente al proceso de enseñanza y aprendizaje y la evaluación?

 ¿A cuántos alumnos dejamos al margen o afuera del sistema? 

¿Cómo en las condiciones de masividad en la que trabajamos, podemos plantear una evaluación continua?

¿De qué sirve incorporar propuestas educativas innovadoras mediadas por TIC si seguimos aferrados a la evaluación tradicional?

O bien tratar de llevar a cabo la reflexión del filósofo Alejandro Rozitchner, quien refirió que él empezaría las clases diciendo a sus alumnos: "Bueno, tienen todos, el curso aprobado, pero ahora nos ponemos a aprender.”

Frase

“Evaluación al servicio del alumno  y no del sistema”


La evaluación







“En general el tema de la evaluación se analiza como un elemento más de la planificación relegando su mirada a cuestiones puramente instrumentales. Ahondar en la evaluación es considerar las emociones que despierta en el evaluador y en los evaluados; interpelar los contenidos y los modos de enseñar y aprender, los valores que se ponen en juego, los criterios de inclusión y exclusión, las creencias de los docentes acerca de las capacidades de aprendizaje de sus alumnos” (Anijovich; 2010: 18).

Celman en su obra ¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento?, refiere que la EVALUACIÓN no es ni puede ser un apéndice de la enseñanza ni del aprendizaje; es parte de la enseñanza y el aprendizaje.

Álvarez Méndez (1996) arguye que en  la medida en que un sujeto aprende, simultáneamente evalúa, discrimina, valora, critica, opina, razona, fundamenta, decide, enjuicia, opta... Esta actitud evaluadora, que se aprende, es parte del proceso educativo que, como tal, es continuamente formativo.

 Larry Cuban en cuanto a que refiere que se deberían atenderse tanto los relojes de los alumnos como el de los profesores para permitirnos reflexionar acerca de las diferencias entre los tiempos de los estudiantes, la de los profesores para planificar sus clases, hacer el seguimiento correspondiente, ajustar las propuestas y evaluarlas y sobre todo de las instituciones que exigen las entregas de notas, etc.